Es un dulce típico de Semana Santa,que la única diferencia con las demás torrijas es que está elaborada con manzanilla de Sanlúcar.Cuando mi abuela hacía estos dulces siempre hacía de más, para que toda la familia y amigos las disfrutaran,porque además, duran unos cuantos dias ya hechas.
Ingredientes:
Pan del día anterior
8 ó 10 huevos
1/2 litro de manzanilla
1 litro de agua
Para el almibar....
1 litro de agua
1 k de azúcar
1 rama de canela
Cáscara de un limón
Preparación:
El pan se corta a rebanadas de 1 cm de grosor.
En un recipiente se echa un vaso de manzanilla y dos de agua,tantas veces como cantidad de torrijas,se vayan a hacer.Se prepara un perol con abundante aceite de oliva al que le echaremos la mitad de una cáscara de huevo para que la espuma del aceite al freir no rebose.
Primero las rebanadas de pan se pasan por la mezcla del agua con el vino y después se pasa por el huevo batido y se fríen en el aceite.Una vez doradas por las dos caras, se pasarán ó dejarán en el almibar depende el gusto de cada uno.
La elaboración del almibar es sencilla.En una olla grande se echa la misma cantidad de azúcar que de agua,un palito de canela y la cáscara de un limón,se deja hervir hasta que ésta se pegue un poco entre los dedos pulgar e índice al coger un poco de ésta.
Para la utilización del almíbar éste debe estar caliente,pues así las torrijas tomarán mejor su sabor.
Notas: El pan debe ser de miga consistente para poder remojarlo en el vino y el huevo sin que se parta.
Las torrijas fritas, se mantendrán para que duren más, sin el almíbar y se irán pasando por ésta conforme vayan a consumirse.